(Materiales para la historia gastronómica de la Región Tacna – Resumen Capitulo N° 8)
EL OLIVO Y LA ACEITUNA TACNEÑA
(BREVE HISTORIA)
Por Ricardo Rendón Cohaíla.
Desde los primeros momentos después de la hazaña colombina del descubrimiento de América, se comenzaron a traer productos de Europa al nuevo mundo. Además del empeño oficial de cargar estacas y semillas en los navíos, estaba el interés de todo aquel que partía a las tierras recién descubiertas, especialmente si ya había vivido en ellas, de llevar cuanta semilla de frutos españoles pudiese para hacer más agradable la vida en su nuevo hogar. La corona, por su parte, alentaba la implantación de especies europeas en el nuevo Mundo y tanto los Reyes Católicos como más tarde su nieto el Emperador Carlos, habían ofrecido entregar un premio que consistía en una barra de plata a quienes primero lograsen producir “frutos de España” en cierta cantidad en los nuevos territorios. En el caso del olivo la cantidad especificada debía ser de cuatro arrobas que, en medidas actuales corresponde a sesentaicuatro kilos y medio.
Es así que se indica en las publicaciones de Cobo y Garcilaso de la Vega, donde relatan la llegada de los olivos de forma tan parecida que sin duda tuvieron la misma fuente. En ambas versiones se da por cierto que fue Antonio de Ribera quien trajo las primeras plantas de España y que con muchos esfuerzos y superando incluso el robo de una de las tres que llegaron vivas, pobló de olivos el virreinato.
Antonio de Rivera o de Ribera era natural de Soria. Participo en la aventura de Gonzalo Pizarro en busca de El Dorado y se afincó en Lima. Era tal su prestigio y fama de hombre de bien que fue nombrado alcalde de Lima en dos oportunidades, en 1563 y en 1569.
Aunque muy parecidas las versiones, tal como ya se dijo, se ha seleccionado para acompañar este estudio el texto que ha dejado Garcilaso de la Vega por ser la versión más completa.
Así está escrito:
“El mismo año mil y quinientos y sesenta, Don Antonio de Ribera, vezino que fue de los Reyes, habiendo años antes venido a España por Procurador General del Perú, volviéndose (a su retorno al Perú) a él llevó plantas de olivos de los de Sevilla, y por mucho cuidado y diligencia que puso en la que llevó en dos tinajones en que ivan más de cien posturas, no llegaron a la Ciudad de los Reyes más de tres estacas vivas; las cuales puso en una muy hermosa heredad cercada que en aquel valle tenía de cuyos frutos de uvas y higos, granadas, melones, naranjas y limas y otras frutas y legumbres de España, vendidas en la plaza de aquella ciudad por fruta nueva, hizo gran suma de dinero, que se cree por cosa cierta que passó de dozientos mil pesos.
En ésta heredad plantó los olivos don Antonio de Ribera y por que nadie pudiese haber ni tan solo una hoja dellos para plantar en otra parte, puso un gran ejército que tenía de más de cien negros y treinta perros, que de día y de noche velassen en guarda de sus nuevas y preciadas posturas. Acaeció que otros que velaban más que los perros, o por consentimiento de alguno de los negros que estaría cohechado (según se sospecho), le hurtaron una noche una planta de las tres, la cual en pocos días amaneció en Chili, seiscientas leguas de la ciudad de los Reyes donde estuvo tres años criando hijos con tan próspero suceso de aquel reino, que no ponían renuevo, por delgado que fuese, que no prendiese y que en muy breve tiempo no se hiziesse muy hermoso olivo.
La mezcla de rabia, frustración y pena se apoderó de él. Su reacción fue violenta e instantánea, desterró al descuidado Gumersindo y con guardias y esclavos recorrió la vecindad, ofreciendo jugosa recompensa por cualquier noticia sobre el ladrón y por supuesto su preciado tesoro.
Las autoridades civiles y religiosas colaboraron decididamente en la búsqueda en el ámbito nacional, pero hasta la fecha no se ha vuelto a tener la certeza del destino del arbolito robado.
Al cabo de tres años, por las muchas cartas de descomunión que contra los ladrones de su planta Don Antonio de Ribera había hecho leer, le volvieron la misma que le habían llevado y la pusieron en el mismo lugar de donde la habían sacado, con tan
buena maña y secreto, que ni el hurto ni la restitución supiera su dueño jamás quien la huviesse hecho.”
Existen hasta tres versiones del latrocinio, una que fue a parar a Arequipa, específicamente al valle de Camaná. Otra que llegó más al sur y se sembró en Tacna y la tercera teoría dice que originó los olivares de Valparaíso, en Chile.
Esta tercera teoría es avalada por nuestro historiador Ricardo Palma, que cuenta que por intermedio de un secreto de confesión, un acaudalado agricultor chileno pidió perdón divino por su mala acción y como penitencia recibió la tarea de regresar la estaca, por supuesto en forma simbólica y anónima, acompañado de una taleguita de mil duros para don Antonio de Ribera y otra bolsita de dos mil duros para el Hospital de Santa Ana, patrocinado por el mismo Arzobispo Loayza, quien le otorgó la respectiva absolución, claro, después de recibir esta pequeña fortuna.
Sobre los olivares en Tacna:
Considera el historiador Luis Cavagnaro que éstos fueron tardíos y se refiere a un testamento que encontró en el Archivo Nacional de Chile. En éste documento, fechado en Tacna el 6 de febrero de 1730, declara don Juan de Santa María y Palza que: Por bienes de dicho mi padre quedó un pedazo de tierras en Para, las cuales compró a Su Magestad, en que está plantado un olivar, y por no tener agua con que cultivar dicha tierra, dicho mi padre se obligó a costear la fiesta de la gloriosa Santa Rosa y por esto se le consiguió y aplicó un día de agua del que al presente goza.
Denominación de Origen:
Hoy en día la aceituna de Tacna es una indicación geográfica protegida peruana para la aceituna de mesa, variedad Sevillana del Perú o Criolla (verde, negra y mulata) que se cultiva y produce entre 25 y 800 m.s.n.m. en las zonas de las irrigaciones de La Yarada, Sama e Ite en las provincias de Tacna y Jorge Basadre en el departamento de Tacna.
Las características se definen por factores ambientales y humanos. El factor ambiental se debe a la ubicación en el bioma desierto costero, el clima, la humedad relativa.
Es la novena denominación de origen protegida en el Perú.
Tacna y la Ruta del Olivo:
Así lo dio a conocer en Abril del 2022 su promotor Gianfranco Vargas Flores, investigador y experto oleícola. Precisó que la Ruta del Olivo tiene un gran potencial para el sector turismo de la región, y aseguró que el efecto multiplicador de la actividad económica permite articular programas con las zonas de cultivos y procesamiento, transporte turístico, agencias de viajes y hoteles, entre otros servicios, busca impulsar el turismo vivencial, durante el recorrido se realizarán visitas a las zonas de cultivo y se podrá conocer el procesamiento, cata y maridaje de este tradicional fruto tacneño.
Día Nacional de la aceituna.:
Ley 03067/2017-Congreso de la Reoública - Ley que declara el 20 de Junio DÍA NACIONAL DE LA ACEITUNA.
Por otro lado el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego oficializó el Día Nacional de la Aceituna para cada cuarto sábado de noviembre de cada año. La medida fue publicada en el diario oficial El Peruano con la Resolución Ministerial 0340-2021-Midagri.
con mucho cariño y atendiendo la solicitud a puertas del día Nacional de la aceituna.
Descubre Tacna con Ricardo Rendón C
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